¡Tu bendición
toca tu puerta!
Uno de
los versículos más poderosos, y a la vez bello y poético, es este:
"Si escuchas hoy su voz, no endurezcas tu corazón" (Heb.
4:7)
Y, el
versículo aún es más fuerte porque dice: No endurezcas tu corazón como en aquel
desierto donde tus padres vieron mis obras y aún así se rebelaron ante mí,
(parafraseado). Está hablando del éxodo de Israel a través del desierto. A
veces el pueblo sufrió carencias, y muchas veces eran más bien caprichos, pero
cuando no eran resueltos a tiempo por el líder o por Dios, el pueblo volvía las
espaldas con ira, murmuración, quejas, etc. Muchos no alcanzaron la
bendición porque escogieron la muerte, en vez de escoger la vida.
Es posible
que tú hoy estés pasando una situación por la cual estés a punto de
desesperarte. Tal vez te has preguntado, o quizá le has preguntado a Dios ¿qué
está pasando? Llevo tantos años esperando mi bendición y de repente, todo se
esfuma"... Mira, no sé tu situación, pero de seguro alguien estará leyendo
esto, y esta persona, tal vez tú, has atravesado por eventos o cosas terribles;
sumamente dolorosas e inimaginables para otros.
Existe un
tipo de dolor, el cual es único ― y es un dolor que ningún otro humano
sobre la Tierra puede experimentar o entender ―. Y ese dolor, es TU
DOLOR... ¿Por qué? Porque en algún momento de tu vida pasarás por algo que solo
tú puedes entender. Solo tú sabes cuanto duele, solo tú sientes el
tormento interior y nadie más lo podrá entender, así trates de explicarlo de
mil maneras. Pero... hay alguien que si te entiende, y ese alguien es Jesús.
Así que, en
este día, dobla las rodillas de tu corazón y en vez de responder a esa
bendición que toca a tu puerta con duda, o queja, pesimismo. En vez de
entregarte al desanimo, te pido que en la intimidad de tu hogar entregues a
Dios esa situación que te provoca desesperación. No te rebeles a Dios por
causa de tu lucha. Más bien, levántate y abre la puerta de tu vida. Permite que
Dios cambie lo que el tenga que cambiar, ASÍ TE DUELA. Estás a punto de
entrar a una vida nueva de bendición, ¡NO LA RECHACES!
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